A TAMBOR BATIENTE
Los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades y en el trastorno mundial provocado por la pandemia del Covid 19, hay una coyuntura extraordinaria, para que los servidores públicos se congracien con el pueblo, que se reconcilien consigo mismos, para que el término de “representantes populares”, deje de ser un apodo; ahora le explico cómo.
Los miembros del cabildo de San Fernando – en este caso- ganan 10 mil pesos por quincena, más 10 mil mensuales de compensación, que ya juntos suman 30 mil pesos; cada uno de estos esforzados integrantes del cuerpo edilicio, rayan la módica suma de mil pesos diarios… ¿por hacer que?; dígalo usted mismo.
Bien… estamos hablando de 2 síndicos y 8 regidores del PAN, dos regidores del PRI, uno de Morena y un independiente, más el Presidente Municipal; es decir 15 representantes del pueblo que en estos momentos a causa de la terrible pandemia, se encuentran resguardándose para no contraer la temible peste.
Si Pitágoras no miente en los sueldos y compensaciones de los 15 miembros del cabildo de San Fernando, el municipio gasta por mes 450 mil pesos, que bien servirían para armar unas mil 500 despensas regulares, de 300 pesos cada una, para apoyar a la población más necesitada.
Si los mismos regidores fueran capaces de aceptar que su sueldo fuera donado para esta causa al menos por tres meses, estaría ayudando a un universo de 3 mil familias; yo creo que esto los llenaría de placer, al poder apoyar a seres humanos que están y seguirán pasando por hambre, mientras dure la contingencia sanitaria.
Porque ellos y ellas representan al pueblo, están ahí para ayudar al pueblo y además quieren hacerlo, o de no ser así, que alguno de los miembros del cabildo me saque de mi error.
En tres meses, los síndicos, regidores y el alcalde pueden donar casi un millón y medio de pesos para que su pueblo, su gente, resuelva las necesidades más elementales de manera parcial, porque una despensa no le arregla la vida a nadie, pero además en estos tiempos, en que la población se queja de abandono… para que los mismos beneficiarios disfruten del orgullo de saber que si tienen representantes populares.
Esta es una oportunidad inapreciable para que la primera regidora MARINA RAMÍREZ ANDRADE con ese espíritu altruista que la caracteriza y la ha llevado a pedir donativos a la sociedad local, para después entregarlos entre los más necesitados, consiga hacer algo que sea realmente relevante.
Que les proponga a sus compañeros y compañeras ediles donar su sueldo por tres meses para ayudar al pueblo; que se cuelgue la medalla con algo importante, que demuestre liderazgo, talento y que su vocación, es realmente servir.
Porque recoger donativos para repartir o entregar baratijas que manda el mismo gobierno, es algo que no tiene chiste… remato con esta pregunta: ¿cuantos miembros del cabildo estarían dispuestos a deshacerse de su sueldo por tres meses para ayudar a quienes presumen que representan?.
Y ya de salida comparto a mis amigos –y los que no son- integrantes del cabildo local esta hermosa frase que dejó para la posteridad, la madre María Teresa de Calcuta: Hay que dar, hasta que duela.