Ciriaco Navarrete Rodríguez
En estas últimas semanas hemos estado padeciendo una información perversa de la engañosa letalidad del coronavirus, lo cual, nos ha acorralado en el universo del miedo, que a su vez, está conduciendo a la población mundial a la falsa creencia de que vamos a morir por la contaminación viral y por eso mismo hay que superar la formula equivocada de que el virus es igual a muerte.
La verdad es que ese miedo que ha contagiado a los pueblos y a los gobiernos del mundo, lo que si puede causar es hambre y eso si nos puede conducir a la muerte por inanición, ya que al paralizar las actividades en las cuales se sustenta la subsistencia humana nos conducirá al aislamiento mediante el cual surgirían toda clase de males sociales como la rapiña y el incremento de la delincuencia que sí pueden conducir a la muerte a grandes cantidades de seres humanos inocentes.
El caso de México, es un paradigma muy importante porque la gran mayoría de la población nacional vive al día, de tal manera, que someterla a un aislamiento injustificado nos conduciría a toda clase de peligros mortales insospechados.
Lo anterior es una verdadera amenaza letal que los gobernadores de los estados deben tomar muy en serio con la finalidad de respaldar la acertada decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con agrado, los tamaulipecos celebramos la solidaridad que ha asumido el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien en coincidencia con las acciones presidenciales se pronunció públicamente por apoyarlas en todas sus formas y modalidades, porque entiende que la dinámica laboral y social deben seguir su curso, precisamente, para evitar toda parálisis que pueda conducir a la población tamaulipeca a padecer hambre por falta de trabajo
Las fuerzas políticas de Tamaulipas también se han solidarizado con el gobernador García Cabeza de Vaca, y con gran dinamismo están colaborando en la difusión de las mejores recomendaciones para que la población salga del miedo apanicado y entre al universo de la calma para superar los temores infundados, como ya lo señalé, a efecto de que Tamaulipas, retome el curso dinámico que históricamente lo ha caracterizado.
Por otra parte quiero subrayar que todos los centros de trabajo que conforman el desarrollo integral de Tamaulipas, merecen nuestro reconocimiento porque han estado muy al pendiente de orientar a las familias tamaulipecas en relación con los temores muy justificados que tanto se difundieron para mantener asustada a la población de manera injustificada tal como ya lo están difundiendo destacados científicos de fama mundial.
Por lo antes expuesto y fundado en criterios científicos claros y elocuentes convoco a mis compañeros periodistas de Tamaulipas y de México, para que también nosotros hagamos lo propio para evitar el colapso nacional causado por el miedo injustificado que anteriormente expliqué.
Y me permito subrayar que todos los periodistas y académicos sumemos nuestros esfuerzos y voluntades para poder superar los temores injustificados como los ya señalados, con el fin de asumirnos como guardias de las verdades científicas y de los saberes verdaderos que todos los ciudadanos debemos enarbolar.
El presente análisis es obra de una seria investigación y del acopio de datos científicos cuya finalidad es la de conducir a la verdad y a la calma a todos mi lectores y a las personas que difundan la presente información.
Finalmente y debido a que soy un viejo periodista y académico, expreso mi reconocimiento a la comunidad científica de actualidad que está haciendo todo lo necesario para sacarnos del peligroso universo del miedo, conduciéndonos a la verdad que garantiza la salud y la subsistencia de la humanidad.
Es cierto que crece el número de científicos en toda Latinoamérica pero desafortunadamente existen muchas limitaciones económicas que impiden la ampliación del número de personas capacitadas con ese nivel más que académico, porque en todos los países de latinoamericanos se sabe que solo hay 250 mil científicos.
En cambio en los Estados Unidos de América, según los últimos reportes estadísticos están en activo más de 6 millones de científicos de todas las especialidades, a tal grado de que su producción, alcanza unas 20 mil noticias científicas diarias.
Retomando el caso de Tamaulipas, debemos admitir que el miedo nos afectó a todos y ha causado serias afectaciones económicas que conllevaron a la racionalización de las ventas de productos comestibles y de artículos complementarios que se utilizan para la prevención de los contagios lo cual acrecentó más el pánico de la gente cuya desconfianza ha crecido tanto, a tal grado, que va a tardar varias semanas en desaparecer.
Ojalá que se regularicen las tareas laborales y de productividad, con la finalidad de que no haya carencia de alimentos y ausencia de personas que aun sigan padeciendo el miedo a la contaminación del coronavirus.
Debo insistir en que el coronavirus solo puede matar a las personas que tengan enfermedades bronquiales previas a la gran difusión de la pandemia en comento y a las personas de la tercera edad, pero debo subrayar que solo el 10 por ciento de la población mundial pudiera estar en peligro de muerte.
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