A TAMBOR BATIENTE
La apatía que muestran algunos funcionarios federales, no solo repercute en perjuicios para la población, sino que puede llegar a causar hasta muertes, sin que los responsables de fallecimientos y daños materiales, saquen la cara para responder por la parte que les toca.
Le comento esto porque unos 35 kilómetros al norte de la cabecera municipal de San Fernando, por la carretera federal que condice a Matamoros, de unos meses a la fecha han ocurrido accidentes por docenas, en un perímetro de apenas tres kilómetros, esto para que mejor se entienda, es a la altura del ejido “Emiliano Zapata”.
Pues bien ese tramo carretero ha sido el escenario de al menos una docena de volcaduras de vehículos de todas las categorías: tyralers, pipas, camionetas, automóviles… para que tenga una idea, cierto día se volcaron en distintos horarios dos autobuses de pasajeros en ese mismo lugar.
Tanto la Policía Federal como la Secretaria de Comunicaciones y Transportes –SCT- ya tienen un diagnostico que apunta a un trabajo deficiente en la reconstrucción del tramo carretero, que estuvo a cargo de empresa sanfernandense que en las últimas décadas ha resultado muy favorecida con contratos de mantenimiento y reconstrucciones de rúas federales.
Días atrás, en una reunión de seguridad el tema salió a relucir, debido a que son muy frecuentes los accidentes en ese tramo y el representante de la SCT dio a conocer que el caso había sido turnado a las áreas administrativas respectivas, esperando que en cualquier momento surja una instrucción.
Que no puede ser otra que ordenar a la empresa constructora que haga bien el trabajo que resultó defectuoso y que ha costado millones de pesos en pérdidas materiales, mas algunas vidas de personas, lo que ha provocado que ese paraje sea conocido como “El Tramo de la Muerte”.
Eruditos en la materia señalan que todas las empresas constructoras cuando reciben un contrato por vía de la asignación directa, concursos o licitaciones, tienen por ley que depositar una fianza para prevenir los llamados “vicios ocultos”, que son imperfecciones que brotan a los pocos meses de entregadas las obras, lo que sirve para tener un colchón económico para corregir lo que no fue bien hecho”.
En este caso hay mucha tela de donde cortar para que el gobierno federal comience a demostrar que la impunidad se va quedando en el pasado, pero para conseguir que cambie la percepción popular, se necesitan hechos, porque esa misma constructora que dejó defectuoso “El Tramo de la Muerte”, fue la misma que dejó imposibles algunas “bajadas” en calles de la colonia Loma con la ampliación del acceso norte de la ciudad.
Y también es de la misma familia de la constructora que dejó sin terminar las calles en la colonia agrícola “Francisco González Villarreal”, durante la reconstrucción total de la red de drenaje sanitario, obra por cierto realizada con recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales, más conocido como FONDEN, con valor de 14 millones de pesos.