A TAMBOR BATIENTE
El miedo a que se presenten problemas de desabasto de alimentos y productos de limpieza a causa de compras de pánico tiene un origen real, después de ver las reacciones de miles de personas que desean asegurar que no falte lo más elemental en sus hogares.
Pero irónicamente, son estas personas quienes además de generar el desabasto, provocan la especulación y el aumento de precios, con un claro perjuicio para la población de menores ingresos, de las familias que viven al día y que no tienen la capacidad para comprar víveres y otros insumos, ni siquiera para una semana.
Aquí en San Fernando, se están dando casos de personas que surten productos para varias semanas, dejando desiertos los anaqueles de establecimientos comerciales de mayor tráfico; ayer un lector me comentó que estando en conocida farmacia de la avenida Ruiz Cortines, estaban unas personas comprando mercancías por mayoreo.
Por la indumentaria y acento de la voz, se veían que no eran de San Fernando, también porque pese a la alarmante contingencia de salud que sacude al mundo, aquí son muy escasas las personas que se encuentran realmente alarmadas como para llegar al extremo de llenar camionetas de alimentos y productos de limpieza.
En las ciudades de la frontera, desde Nuevo Laredo hasta Matamoros, reportan que personas radicadas en el lado americano, están vacIando las tiendas de mercancías, luego que donde viven, las compras de pánico han evitado que muchas familias se queden en sus hogares sin los productos más elementales.
Ojo con esto… porque en cada vaciada de anaqueles, los precios son susceptibles de aumentos, a veces ligeros, pero que dejan muy buenas utilidades al comercio, ante esa ansiedad desbocada por abastecerse de reservas suficientes para los días que vienen y que de acuerdo con los pronósticos, podrían ser difíciles.
Solo que en esta región, no todos podemos comprar víveres en abundancia para las necesidades hogareñas de más de una semana, muchas personas están al día y si provocamos desbasto con nuestro frenesí por comprar, estamos provocando desamparo para quienes no se pueden dar el gusto de comprar mercancías en cantidades.
No provoquemos entre nosotros mismos un perjuicio para las familias de la región donde vivimos y no le demos tampoco pretextos a comerciantes que miran en cada crisis una oportunidad, como esta problemática que se está viviendo, mucho antes que en Tamaulipas se confirme el primer caso positivo del Coronavirus.
Y también mucho antes que se dé a conocer oficialmente la primera defunción por este concepto, en pocas palabras, no hagamos más grande un problema que por su propia naturaleza, ya lo es.
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